Ser. Es una toma instantánea de conciencia. Luego se pierde el rumbo y se entra en lo que llamamos el mundo. La ilusión asi queda plasmada en un tiempo sin fuerza propia desde el que ya es imposible alcanzar ese otro instante en el que se era.
No sé si creo esto o es que necesito un freno. La luz no se detiene. El ser. Lo que sea, no para. No hay un puto segundo de paz en la seidad absoluta, en el fluir constante e irremediable de la vida. Y ahi está el maravilloso instrumento de la mente, y su mano invisible, la conciencia.
Florecía la luna aguada sobre los árboles distantes y exactamente del otro lado del cielo moría la estrella ardiente ahogada líricamente en su propia sangre.

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